jueves, febrero 16, 2006

"Hey tú, Jorge, ¿que te pasa?"
"¿Qué me pasa de qué?"
"Que te quedás así, callado..."
"Estoy viendo."
"¿Qué estás viendo?"
"Pues... no lo sé..."

(Jorge y su esposa, de frente al Mar en la costa de Punta del Este)


Pasa a veces que vamos por una calle, o vemos por una ventana, o simplemente alzamos la mirada hacia adelante, y nos invade esa sensación extraña y familiar de estar conectados con "eso" que está frente a nosotros.

Y pasa como si una parte de nosotros se reconociese a sí misma y comenzara a parlotear en un idioma que nuestra consciencia aun no alcanza a entender.

En muchas ocasiones es tan solo un susurro, gotitas de "palabras", como alguien musitando dulcemente... otras veces es un ruego, una canción poblada de intentos, un ovación incontenida, un grito desesperado.

¿Quién es acaso el que busca con urgencia una voz universal y un abrazo infinito que reconozca el alma...?

¿Es el mar inmenso, ondulante, envolvente?
¿Son los pájaros en su cielo que a diario cambia de composicion y densidad?
¿Son las montañas de alturas indomables
y los árboles acunados de vida?
¿Son los animales, alegres y fieros, salvajes y despojados?
¿Son las personas? ¿Es la desesperanza anémica de fe? ¿Es el peregrino confiado del milagro
?
¿
Es el mundo lleno de rayas, religiones, politicas, señales y colores? ¿Son las calles y sus huellas? ¿Son las casas y sus ventanas viendo trascurrir los dias, los meses y los años?
¿Son la
ciudades con sus luces y el ritmo de la civilización que palpita en sus rincones?
¿Son
las distancias cuajadas de nostalgia? ¿Son las estrellas misteriosas?
¿Es el universo que se burla de nuestro salto mortal y luego se compadece?
Acaso...¿Eres tú?

Y entonces, empieza nuestra logica a preguntarse las respuestas que solo conoce el corazón.




Polvo de Estrellas

Vale...una vida lo que un sol
Una vida lo que un sol...vale
Se aprende en la cuna,
se aprende en la cama,
se aprende en la puerta de un hospital.
Se aprende de golpe,
se aprende de a poco y a veces se aprende recién al final
Toda la gloria es nada
Toda vida es sagrada
Una estrellita de nada
en la periferia
de una galaxia menor.
Una, entre tantos millones
y un grano de polvo girando a su alrededor
No dejaremos huella,
sólo polvo de estrellas.

Vale, una vida lo que un sol
Una vida lo que un sol, vale

Se aprende en la escuela,
se olvida en la guerra,
un hijo te vuelve a enseñar.
Está en el espejo,
está en las trincheras, parece que nadie parece notar
Toda victoria es nada
Toda vida es sagrada
Un enjambre de moléculas
puestas de acuerdo
de forma provisional.
Un animal prodigioso
con la delirante obsesión de querer perdurar
Dejaremos nuestra huella en el polvo de las estrellas.

Jorge Drexler

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