lunes, junio 21, 2010














Espirales de notas
al compás de tacones y pasos
en estrecho contrapunteo
fluyendo con desesperada pasión.


Ella,
vestía de negro y azul
con seda de estilizadas lineas orientales
y una desafiante "V"
que dejaba ver los torneados muslos
frenéticos al ritmo del bandoneón.


El,
de mirada dulceamarga
con movimientos firmes
tratando de contener aquel derroche
de sensación y palpitación,
de repente tomándola para sí contra su pecho
y entre inhala y exhala
uniéndose a la danza de su corazón...



....

Fue allí cuando dejó de sonar "Para Lucirse" de Piazzola, y despertando de aquel breve e intenso viaje, abrí los ojos, aún cautivada por el celeste estupor, con "El Mundo de Sofía" entre mis manos, y una atmósfera de tenue luz.
En aquella "autocercanía" me encontré, salpicando el papel de letras urgentes, tratando nuevamente de romper la barrera de aquello que sería mi vuelo inaugural en el serio arte de contar una larga historia....

...Así comienzo nuevamente.

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